"Tan poderosa es la imagen que se apropia de nosotros para danzar violentamente en las páginas de la redención".

lunes, 30 de mayo de 2011

"RASHOMON" 1950, Dir. Akira Kurosawa.

Por: José A. Morales.

Rashomon es un poblado en Japón azotado por diversas catástrofes que han llevado a cientos de habitantes a la muerte. Mientras llueve al portal de este lugar, un sacerdote y un leñador le narran a un hombre, con distintas versiones, el asesinato de un Samurai; ya con involucrados, incluyendo a la víctima (introducido por un elemento fantástico), ya con testigos.


En esta joya del cine oriental, Kurosawa ofrece una historia compleja en su narrativa, pues si es verdad que el uso del  flash back está presente, éste no es sólo de una temporalidad, sino de varias: la del día de la testificación y la del asesinato, donde la segunda surge de la primera y ésta del presente de la historia. Lo sorpresivo de este recurso debemos ubicarlo en le época en que fue estrenada la película para  atribuirle el mérito que merece, puesto que hoy en día es muy común ver cintas con características similares, pero cabe aclarar que en varias de ellas Kurosawa figura como influencia.

         Regresando un poco al artilugio del  flash back, específicamente al del tiempo del homicidio, es importante destacar que los testigos no narran sólo el modo en que murió el samurai, es decir no hablan nada más del suceso sanguinario, sino también hacen una reconstrucción completa de la forma en que cada uno de ellos convergió en el camino del que pronto iba a morir. Desde luego, estas distintas versiones exponen a los personajes en toda su naturaleza; dada la situación límite en la que se encuentran, pues por quedar sin mácula ante la justicia, y con ellos, en el caso del ladrón, se comportan egoístas contra el prójimo muy a pesar de afectarlo con las declaraciones. Con lo anterior, lo que logra Kurosawa es un largometraje de intriga exquisita en donde la verdad no importa mientras que “las mentiras sean interesantes”.

        Por otro lado debo hacer hincapié en el diálogo, sobre el mismo asesinato del Samurai, que sostienen el sacerdote, el leñador y el hombre cuando la tormenta azota Rashomon. En esta conversación, los personajes nombrados ponen en tela de juicio, y desde una postura filosófica, conceptos de vital importancia para el hombre en su paso por la tierra: verdad, mentira, confianza y supervivencia. Términos que no pierden su significado, pero que el director japonés replantea dentro de un poblado inmerso en la pobreza, el hambre y la muerte. Gracias a esto, Kurosawa consigue, asimismo, una interesante revalorización de las palabras que revela que los conceptos no son cabales de la estabilidad al caos.


         En cuanto a los actores, entre ellos los legendarios Toshiro Mifune y Takashi Shimura, no es que sean interpretes en acción; vemos personajes puros, cuya construcción no sólo está dirigida por Kurosawa, sino por el ingenio y propuestas de improvisación de cada uno de los actores, y que, junto con la espléndida fotografía de Kazuo Miyagawa, logran una atmósfera intrigante y tensa propia de cada personaje.

        Sin temor a la equivocación, el cine de Kurosawa es la flecha del samurai que atravesará eternamente el tiempo…

Rashomon
Japón 1950
Dir. Akira Kurosawa
Cast: Toshiro Mifune, Mashiro Kyo, Masayuki Mori, Takashi Shimura
Guión: Ryunosuke Akutagawa.
Fotografía: Kazuo Miyagawa

Trailer de Rashomon