"El amor; tan relativo como el tiempo"
Por: José A. Morales
Sinopsis
Tras una sequía y con su rebaño, un grupo de hombres sale a otros lugares en busca de agua. Además de encontrarla, son sorprendidos al descubrir a un grupo de mujeres que vive temporalmente sin maridos. Mientras Tsakalos, un hombre maduro, conviene una relación sexual y amorosa con Arta, Dafnis y Cloe, un par de adolescentes, experimentarán un torrente de emociones que, opuesto al de Tsakalos y su pareja, los expondrá con un amor torpe, inocente y puro.
Con “Young aphrodites”, Koundouros ofrece una película de pocas palabras que, comparada con el nuevo cine, se sustenta en la construcción de una imagen precisa y significativa. Los temas de interés son: la seducción y el chantaje por un lado (Tsakalos y Arta), y el descubrimiento de la sexualidad y el amor por otro (Dafnis y Cloe). De lo anterior, es precisamente el montaje paralelo uno de los aspectos que hace de esta cinta una joya de los 60s, dado que con él, Koundouros enfatiza las variaciones que surgen del “amor” conforme el humano transita por el tiempo. Sin lugar a dudas, una estrategia visual que estimula la empatía y la reflexión en torno a nuestro presente y perdida infancia.
Otro de los aspectos relevantes es el uso de la cámara. En la historia de los cuatro personajes, podemos identificar “cuadros” que refuerzan la diferencia psicológica de las dos parejas bajo un tenue matiz de erotismo. Por un lado está Tasakalos, un forastero que busca un encuentro sexual con Arta, pero que le es condicionado en beneficio de ella. Para “narrar” esta historia, Koundouros opta, en gran parte, por la captura de la imagen subjetiva; esto quiere decir, que las imágenes que se nos presentan de esta pareja se construyen a través de los puntos de vista de ésta y no de un "testigo" invisible y omnipresente como la cámara. Por ejemplo, cuando vemos las caderas, piernas y las bien torneadas pantorrillas de Arta es porque Taskalos las recorre con lascivia. El erotismo y el deseo se detonan a partir de la mirada pretenciosa del personaje y no de la imposición del director.
En el caso de Dafnis y Cloe resulta diferente, pues Koundouros elige la captura objetiva de la imagen para “documentar” el proceso de conocimiento sexual que se va adquiriendo durante la infancia. Evidentemente, nuestra perspectiva se plantea al exterior de los personajes para establecernos como testigos de la confrontación de un amor inocente. Por ejemplo, si recordamos la escena en la que Dafnis toca el pecho de Cloe, la angulación de la cámara marca una frontera, casi con púas, entre el interior de los personajes y nosotros como mirones. Se pone en evidencia ante nuestros ojos, que los adolescentes sienten un “algo” impotentes de la expresión y mucho más de una mirada efímera como la de Tsakalos: experimentada, maliciosa y lasciva.
En la secuencia en la que Dafnis persigue a Cloe, la puesta en escena presenta la persecución entre los dos niños, dentro del agua y sobre las rocas, hasta concluir con uno encima del otro. Aquí es más evidente el tono documental y objetivo al que me refiero, pues lo que vemos es a un par de jóvenes “leones” en pleno jugueteo que descubre sensaciones nuevas al contacto, y en donde las palabras faltan y al mismo tiempo sobran.
Como se ve, Koundouros establece el vínculo de forma y contenido a la perfección: un uso de la cámara acertada tanto para Tasakalos y Dafnis, y un montaje paralelo cuyo significado generado es entrañable, sin embargo, decir que Koundouros pretende sólo la confrontación de estas dos parejas con el fin de evidenciar las distinciones del amor, nos llevaría a un error de apreciación, puesto que más aún, el director circunscribe a los personajes en una línea cultural y de tiempo inmodificables, en donde la edad de amabas parejas, opuesta, propone el pasado de una y el futuro de la otra . El propósito, quizá, resaltar un "co-protagónico" de igual o mayor importancia: el tiempo.
En conclusión, no olvidemos que la trasposición que hace Koundouros de la obra de Longos, Dafnis y Cloe, es libre, y siendo así, la cinta rescata el tema del amor de la obra para lograr una reconstrucción de la mitología griega bien hecha, cuya banda sonora mantiene tus sentidos en un entresueño retrospectivo y autocrítico.
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